Organizaba hoy los gabinetes del closet donde están mis álbum de fotos y recuerdos. Entre ellos, guardados celosamente las notas afectuosas y algunas
demandantes, dibujos y detalles de mis hijos. Me detuve un momento a leer una que he guardado con especial afecto.
Era febrero del año 2004, David tenía 3 años 6 meses cuando dibujó esta familia. En aquel momento lloré de alegría y emoción, y aunque no lloro ahora , la emoción visita mi pecho y una sonrisa ilumina mi rostro.
Un niño a esa edad expresa muchas cosas, algunas no tan claras, como lo pueden decir sus dibujos sin titubeos.
Allí él se dibuja de primero y más grande, algo normal en su proceso emocional y cognoscitivo, a los 3 años es díficil aceptar la perspectiva del otro y descentrarse. Además a la fecha era hijo único, el centro de las miradas y afectos de todos en el ambiente familiar.
En el dibujo como en su vivencia, mamá a su lado y la aceptación maravillosa que dentro de ella se gestaba su hermanita! Aunque no la veía fisicamente, su hermana estaba allí. Y David la veía dentro de mi. Ese era el motivo de mi gran alegria. En ese tiempo contaba con 3 meses de gestación y se abria un camino de vinculos orientados hacia la hermandad y el compartir.
La Familia, mamá, papá
(grande en tamaño denotando su significancia y rol), la niñera, su hermanita y él; se proyectaban en el dibujo con expresiones afectuosas y llenas de expectativas frente al pronto nuevo cuadro familiar en donde él no sería ya el centro único de la atención, aspecto muy favorable para su desarrollo.
Las precisiones como brazos, cabeza y tronco unicos, pies/piernas, etc; simples y sin detalles eran propias de su corta edad y su desarrollo cognitivo.
La relación comunicativa proyectada en el orden secuencial de los dibujos: yo le hablo a mamá, mamá convence a papá, y papá manda a la niñera; nos brindo luces. Haberlo visto en ese momento nos ayudo a mejorar algunos aspectos en la convivencia.
Los dibujos pueden expresar más que mil palabras y en los niños, los dibujos como los cuentos nos abren la puerta a conocer y comprender sus emociones.
4 comentarios:
Tu interpretación es ajustada y certera, pero yo añadiría lo grande que se dibuja a sí mismo David, tanto o más que el padre y más grande que la madre y la niñera. ¿Se intuye algo de la rivalidad con el padre por conseguir el amor de mamá que está en el medio? La niñera está desplazada. No es el centro de la escena. La verdadero imagen que se proyecta aquí es esa pugna inconsciente e infantil de buscar el amor de la madre, tal vez como pareja. El bebé en la barriga es todavía un pasaje secundario, pero presente.
No sé si me acercaré algo a la realidad, pero es así como lo he visto. Y sí, es cierto, el dibujo de los niños habla a base de símbolos y su tamaño, como en las pinturas primitivas, tiene gran relevancia. No es azar.
Un abrazo.
Tu aporte contundente y veraz, con 3 años y medio la rivalidad estaba a flor de piel. Edipo se contoneaba buscando apoderarse de mamá. Duerme conmigo mami esta noche. Ahora, seis años mas tarde ya hace desplazamientos afectivos y soy yo la que se pone celosa! jajajaja..
Además de la explicación que nos ofreces en tu publicación, otro motivo de que tu hijo se dibujara de ese modo peculiar y diferente a como los mayores lo interpretamos es porque él realmente, a los tres años se veía con largas piernas y brazos, que es lo que más utiliza entonces en su vida cotidiana: para jugar, para comer, para coger cosas o juguetes... a esa edad, en sus dibujos le dan más importancia o ven con mayor intensidad, las piernas (sirven para jugar) y los brazos que la cabeza y demás detalles (cara, dedos, ombligo, hombros, codos...). Por tanto, además del complejo de Edipo, también hay que pensar en la evolución de la percepción del niño, la cual se desarrolla lentamente.
Interesante publicación, que hace reflexionar y pensar.
saludos.
Buen sitio para el poema.
Besos.
Publicar un comentario