Seguimos cavilando frente a violencias invisibles sobre el cuerpo y la psiquis de la mujer, en el marco del mes de noviembre, mes por la eliminación de todo tipo de violencia sobre las mujeres.
Y en esta línea, hoy una cavilación sobre la cosificación y la manipulación de los cuerpos femeninos usados como objetos de propiedad sexual para el uso y disfrute de otros; y arrebatando a sus únicas dueñas el derecho propio que tiene a su disfrute y placer.
Y es que desde la historia del paraíso apropiada por religiones y culturas, la mujer ha sido despojada de su cuerpo, de sentir lo que éste le regala para si, para su salud física y emocional.
Ella se guarda para que otro la mire, otro la desee, otro la toque, otro la haga suya, otro la use.... en fin; ella virginal y pura como el mundo patriarcal la necesita no sabe de sus propias maneras de sentirse amada, complacida, pertenecida porque la finalidad patriarcal es que sea una sierva, un objeto y/o reproduzca.
Mientras los hombres se masturbaban ella debía guardar su virginidad. Mujeres reducidas a un himen como virtud y honor de ser mujer, y a la maternidad como único fruto femenino... no les era permitido y aún en sus cárceles mentales no se permiten gozar sin culpa de la masturbación femenina tan natural como lo es la masculina y de una vida con diversos frutos, no solo hijos e hijas.
A las mujeres que libres de estas cárceles se atreven a tocarse primero, a disfrutar su sexo se les llama putas. Y a las mujeres que enmarcadas en el dogma patriarcal se permiten en silencio ser objetos o sujetos de su sexo se les llamaría Señoras.
A las primeras se les señalaba por los beneficios económicos de su actividad sexual pero a las segundas jamás se les cuestionó las dadivas económicas de hacerse legalmente las señoras. No se pretende compararlas ni juzgarlas solo mostrar que entre las mujeres mismas el patriarcado nos ha vuelto rivales y el estigma social al rededor del disfrute sexual de la mujer nos ha hecho agredirnos de tantas maneras unas a otras.
Henri_de_Toulouse-Lautrec
La sexualidad femenina disociada, nublada y mal interpretada por el dogma religioso y patriarcal que necesita a la sierva, al objeto y a la madre sacrificada más no a la mujer empoderada y libre; nos ha puesto de frente a unas con las otras.
Una sexualidad femenina segmentada para fines comerciales y no para el fin original: hacer generaciones libres a través del autoconocimiento femenino y el continuum de la oxitocina presente en masturbaciones, orgasmos, partos, lactancias y vínculos.... si la mujer idóneamente informada, así lo decide, lo disfruta y lo asume en libertad en cada etapa.
Y en el camino encontramos a putas o señoras, siervas o doctoras, sometidas y liberadas en el mismo dilema interior ¿actúo fingiendo que disfruto o disfruto?
Este momento de compartir el cuerpo con el otro que supone desea y necesita de igual manera , donde se desnuda el espíritu, la psiquis y el cuerpo físico/emocional se nubla con los paradigmas manipulados e insertados en nuestros códigos morales. Y esas micro relaciones de poder someten de manera invisible a muchas mujeres sin darse cuenta.
Y ese miedo a estar afuera y solas, el miedo al desamparo y el abandono, la dependencia económica y la inmensa necesidad de afecto que como una herida primal se encuentra en la mayoría de psiquis femeninas nos vuelve a poner en el sitio patriarcal por excelencia: pertenezco a otro.
En este mes de violencias invisibles, el reto es poder ver que el camino del amor propio y la dignificación de ser mujer nos puede hacer libres.
Libres de los paradigmas que tenemos adentro y por siempre nos ha puesto como siervas y objetos del otro sin consciencia.
Paradigmas que nos inhiben y no permiten el disfrute auténtico del placer sexual sin miedos relacionados al pecado o el dolor.
Un placer sexual que no es limitado a los coitos sino que se extiende por todo nuestro ciclo vital desde niñas a mujeres: masturbaciones, coitos, orgasmos, partos, lactancias y vínculos...
Se masturba una de varias maneras,
Se tienen relaciones y orgasmos de varias maneras,
Los partos de las mujeres y sus frutos son tan diversos como los vínculos que se tejen en sus manos, sus miradas, sus discursos y sus cuerpos ...
Mujeres sabias y guerreras consciencia, coraje y libertad.
Para finalizar la cavilación de hoy,
...creo que darnos cuenta de las violencias invisibles que rodean la vida de mujeres (como de hombres) es un paso para ver, mas no para erradicar el mal trato. Solo el autoconocimiento, el amor propio y la dignificación de cada ser humano, haciéndose responsable de si y valiente frente a su propia historia podrá sacarlo del circulo de violencias que rodea su vida. Si no pasa esto, salimos simplemente de una para estar en otra. Un círculo que perpetuamos desde nuestra débil y fracturada dignidad. Gracias por seguir mis cavilaciones.
Liliana Castro Morato
Psicóloga en Servicios Profesionales para la Salud Primal y el Bienestar Humano
Contacto: 3007253852