martes, 26 de octubre de 2010

LA COMIDA : UN VEHICULO PARA TRANSMITIR SENTIMIENTOS Y EMOCIONES

Cuando nacen los bebés inmediatamente reflejo e instinto se movilizan hacia la búsqueda de seguridad. Sostén que brinda inicialmente la madre y que se asocia inmediatamente al alimento.

La seguridad que brinda el vínculo y el alimento se fusionan desde el principio de la vida extrauterina. Siendo el primero (sostenimiento materno) un trampolín para la significación del segundo.

En ese sentido, una madre consciente, responsable de su rol y bien rodeada tendrá la posibilidad de transmitir la confianza necesaria y manejar sin desbordarse en ansiedad las primeras situaciones donde el llanto del bebé se expresa como única vía de comunicación.

Si por el contrario, una madre no consciente de su papel, ansiosa y poco/nada informada sobre cómo afrontar la experiencia maternal y en especial, la lactancia trasmitirá al bebé desconfianza, angustia y desasosiego. Por lo que el llanto del bebé (no explicado por causas biológicas) se incrementará como evidencia del inadecuado vínculo que empieza a surgir y la no satisfacción de sus necesidades.

Las diferentes emociones naturales a todo ser humano harán progresivamente su despliegue, dependiendo no solo de lo que ocurra, sino de las respuestas de madre / padre a esta expresión de emociones.

Soy de las que cree, no solo por conocimiento sino por experiencia; que los niños y niñas solo se "desbordan" cuando se ha "desbordado" su entorno. No solo por aprendizaje sino por vinculación.

Esa vinculación que se vislumbra ante los ojos de quien observa con detalle a una familia comer en un restaurante. Les mostraré:

"...bajan todos sonrientes del auto familiar. Hoy el padre propone comer pollo broaster que tanto gusta a los niños, pero al ingresar al restaurante uno de los chicos expresa,¡no quiero pollo! ¡quiero hamburguesa de carne!... Entonces, la madre con el ceño fruncido exclama: ¡otra vez,cuando te llevamos a comer hamburguesa quieres pollo, siempre molestas cuando queremos pasar un buen momento, has logrado dañarme el almuerzo...bla bla bla..." El niño lloroso entonces, y ante la oportuna palabra tranquila y clara del padre accede comer el pollo, hasta los huesos!!!"

Quizás el relato quede corto, pero puede mostrar cómo algunos niños sin consciencia ni intención premeditada, usan la comida para transmitir sus vacíos afectivos y necesidades de vinculación, especialmente en relación con la madre.

Conductas inadecuadas asociadas a la comida son solo expresiones de conflictos y sentimientos del menor. Y son ellas (las conductas), aunque no se logren comprender lógicamente la manifestación del deseo interior del menor por vincularse, sentirse amado, atendido y sobre todo sostenido.

Actuar sin comprender esta dinámica, nos convierte en progenitores agresivos y maltratadores, que solo quieren educar, alienar, dominar... sin tomarnos el tiempo para vincularnos.

Y se ampliará cada día la lista de los llamados Trastornos de la alimentación: anorexia, bulimia, ortorexia, sadorexia... Para mi, una búsqueda incansable de sostenimiento y afecto ....

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