lunes, 31 de mayo de 2010

DIFICIL LIBERARSE DE LOS VIEJOS VICIOS... PERO NO IMPOSIBLE!

Luego de toda una historia de amor-maltratos, de educación-maltratos, de socialización- maltratos; y recordemos el documento compartido sobre La Evolución de la Infancia es difícil liberarse de los viejos vicios... pero hoy pienso y comparto que no es imposible!!
Expondré para ello parte - resumida - de mi historia personal y así será esta entrada: "muy personal" por lo que puedes o no estar de acuerdo, puedes o no sentir que aprendes - desaprendes mucho o nada en ello... !Ahí va!
Me cuenta mi madre, única hija entre 9 varones hermanos nacidos y criados en un pueblo del sur de Bolívar (Colombia) llamado Río Viejo. Que poco aprendió en su infancia, llena de malos tratos en especial para ella, que por ser mujer sus padres no invertían en su educación, ¿para qué si lavaría platos y tendría un marido?; con golpes, restricciones y amenazas le expresaban su "amor" y en su ignorancia los abuelos pensaban "lo mejor". Ella joven soñadora un día se escapó, y en una chalupa sobre el Río Magdalena huyo buscando a una madrina que en tierra caliente y petrolera residía... y allí la encontró. Algunos malos y otros tranquilos momentos vivió, solitaria y luchadora trabajó y en resumidas cuentas de mi padre se enamoró. Soñando ahora un nuevo futuro para ella una familia inició... a pesar de sus sueños y deseos, de su pasado no se liberó. Exigente con sus hijos (entre ellos "YO") quería sobre todo una excelente educación, en eso cimentaba todo su esfuerzo y su "amor". Eso sembró y cosechó. Entre otras cosas profesionales y personas formó.
A donde voy, es que su amor cargado de dolor pudo dar lo que ella soñó. Pero en su exigencia, el maltrato que ella recibió de una u otra forma inconsciente lo descargó. Dura, exigente y con la correa en la mano nos educó. Poco dialogo en ese entonces, y mucho temor. (Hoy no).
Pero eso, y con toda la educación recibida de una u otra manera el vicio del mal llamado amor se "aprendió". Hija, mujer, psicóloga, esposa y madre cuando llegaba la frustración y con el deseo de ver que el hijo en especial "el mayor" inquieto, desorganizado debía aprender una lección; ciega sin consciencia simplemente retomaba del niño interior !A mi me dieron correa y aquí bien que estoy! Pero ha pasado un largo tiempo desde que consciente entendí que mejor es posible y "Quietalina" (la correa) no debe-ría del closet salir.
A donde voy de nuevo, es que los cambios no suceden por que sí. Hay que darse cuenta de la historia del maltrato que se hereda, que se confunde con amor, educación y buenos deseos, pero que no son sino miedos que se desdibujan con autoridad. Pero que en vez de armonía producen CULPA, CAOS Y MUERTE física, psicológica y espiritual. Tambien apegos y dependencias, poca salud física y mental. Ningún control externo, cohercitivo y maltratador educa, ama ni libera.
El amor bueno es noble, guía sin forzar y deja al otro en libertad. No es extremo, ni de izquierda (permisividad) ni de derechas (opresión y control total).
Del nucleo familiar a la sociedad. Se prefiere mucho más lo tradicional. "Mejor malo conocido que bueno por conocer" dicen unos. Y pocos se lanzan a una nueva propuesta, miren hoy 30 de mayo del 2.010 los resultados de los votos de la primera vuelta a elección presidencial en Colombia. Mucho Mockus en las calles, en el facebook, muchos fans, se gritaban más girasoles menos armas, pero el conteo nada de ello mostró. Prefirieron a "Quietalina", maltrato, opresión y dolor. Por ello, expresé que este post era personal. Antes no había querido mi opinión sobre el tema especificar.
Pero locamente cavilaba del micro al macro panorama. Seguiré forjando en mi vida, dia a día una nueva libertad, dejar atrás viejos vicios de control y autoridad. No es fácil, del dicho al hecho.. UNA DECISIÓN que se reiterá cada día luego de ser consciente lo necesario de iniciar el recorrido de una nueva forma de amar y educar.
El 20 de junio hay otra oportunidad social.

6 comentarios:

PandeQueso dijo...

No creo que nuestra sociedad alcance a comprender una forma diferente de gobierno... creo que la trampa, el todo vale y esos demonios que nos han acechado en 200 años de historia forman parte de nuestra genética... solo me pregunto ¿cuantos muertos más tienen que haber para que reaccionemos? ¿cuanta plata más nos tienen que robar para que nos indignemos y decidamos cambiar?

El pueblo culombiano parece una pelota de tenis, entre más duro le pegan, más rápido regresa.

Saludos y gracias por tus comentarios ;-) y estoy comparto tu apreciación sobre el amor, ni libertinaje ni quietalina.

Estamos en contacto ;-)

✙Eurice✙ dijo...

Interesante post Liliana.
Gracias por visitar mi oscuro desván de la memoria.
Un saludo

MONIK dijo...

Lili es importante trabajar cada dia para no caer en esos viejos vicios de nuestros padres ,pues ellos con el afàn de enseñarnos a ser mejores personas algunas veces nos hicieron sentir mal...darles a nuestros hijos todo el amor del mundo y sobretodo decirles lo mucho que los amamos ,hablar con ellos,darles confianza,escucharlos siempre tienen muchas cosas por decirnos.

nrg dijo...

no esta vencido quien sigue peleando.

Mane dijo...

hay un comentario que esta rondando la red y es hora de decirlo de frente a esas personas... de tal pueblo, tal gobernante... ya nos podemos dar cuenta de la gente con convive con nosotros en este país.. gente sin memoria y masoquista... ese tipo de gente que a veces hace que uno se sienta avergonzado de compartir nacionalidad con ellos... de verdad que desde los resultados se las últimas elecciones... he concluido que la esperanza esta perdida.. que en Colombia la gente no quiere progresar y no prefieren ver el cambio debido a prejuicios estupidos... los mismos que tantas guerras han desatado a lo largo de la historia... como he dicho en mi blog.. mi más sentido pésame para Colombia... Que Descepción tan grande!!!

Psic. Liliana Castro Morato dijo...

Un saludo para Andres, Eurice, Monik, nrg, Mane y todos los que siguen este blog. Les comparto un artículo para seguir cavilando al respecto, sigan el link

http://www.elespectador.com/columna-205732-ocho-anos-despues