jueves, 11 de abril de 2013

"MAMA: algún día estarás orgullosa de mi..."

Hace varios días  tengo esta cavilación en construcción,   y ayer  rumbo a casa,  escuchaba la historia contada espontáneamente por el taxista que me transportaba y volvía a repensar en ella.
El taxista a quien llamaré Martín,  refería visiblemente  emocionado su afán de demostrar a la madre  su amor, su respeto y agradecimiento por lo mucho que había hecho y aún luego de 40 años sigue haciendo por él ... a pesar de lo mal hijo que fue cuando niño y a pesar de  no lograr ser como sus hermanos, empresarios exitosos  y de buen estatus social.....

Entonces,  volví  a hilarme en mi cavilar para escribir en este blog:
¿Deberán los niños y niñas que nacen en medio de las historias, vacíos y carencias de vida de sus progenitores ser los responsables de la estima de quien les engendra?
O por el contrario ¿deben ser los padres y las madres plenos y conscientes de su rol los responsables de la estima, valía y dignidad de quien conciben, paren y crían?
Me pega fuerte y aún en mi propia piel, identificar y reconocer que mis hijos no han llegado para hacerme feliz, ni satisfacerme, ni llenarme de orgullo.
Pega fuerte, saberme y sabernos responsables como padres y madres de la dignidad, estima y valía de otro ser humano que dependerá de nuestra mirada y de nuestro discurso.
Pega  fuerte cuando se nos confronta para que miremos el camino por donde iniciamos el rol paternal o maternal.
¿Desde el sacrificio y la responsabilidad luego de una acción sexual que no se pensaba reproductiva?
¿Desde las demandas propias que no permiten conciliar ni atender las demandas de otro que nace, llora y necesita?
Uff! que pega fuerte pues lejos de asumir una maternidad o paternidad de tiempo completo, se asume por  horas y por favor que no sean nocturnas!
Pega fuerte, cuando un hijo/a ha llegado a nuestra vida como una carga  o un problema por resolver y no, para ser centro importante de nuestra vida ya instalada, clara y con bienestar.
Pega fuerte, pero si hay algo que se lamenta o nos avergüenza en los hijos e hijas es proporcional  a aquello que lamentamos y nos avergonzamos de nosotros mismos.
Pega fuerte, porque los hijos e hijas no son ilusión, no tienen para siempre ese olor a bebé ni el color rosado de sus cachetes, no están siempre limpios y "bien portados"  y no lograrán llenar el cuarto de menciones de honor dado los canones sociales....
Pega fuerte, porque atender, cuidar, jugar con los hijos e hijas requiere deseo, disposición, tiempo, competencias y capacidades.    
Y pega fuerte, porque aquellos niños y niñas grandes que son adultos por edad cronológica aún quedan presos del deseo, mirada y discurso de una madre, padre y cuidador sostenedor que no albergue egocentrismos...
Y pega fuerte, porque estos niños y niñas grandes que son adultos por edad cronológica solo les queda reprimir, dejando en el ático del "olvido" la rabia interna de no haber sido valorados trasformando tal sentimiento doloroso en agradecimiento .... así duele menos aunque el cuerpo  y el alma enfermen en silencio. 
Ay Ay Ay... como duele escucharnos adentro, gritando y suplicando miradas de amor.
Ay Ay Ay... como duele sentirnos solos, abandonados, rechazados aun por los propios padres y madres.
Ay Ay Ay.... seguimos como niños y niñas buscando ese reconocimiento y ese afecto incondicional que nos fue negado.
Ay Ay Ay..... y nos hicimos padres y madres, sin haber sido niños y niñas sostenidos y sostenidas.
Mamá, algún día.... estarás orgullosa de mí.

Papá, algún día.... estarás orgulloso de mí.
Mamá, algún día.... estarás orgulloso de mí.
Papá, algún día.... estarás orgullosa de mí.

Mamá, Papá, algún día.... dejaré de ser completamente yo mismo/a
para ser la persona que tu necesitas que yo sea.
PEGA FUERTE.


Liliana Castro Morato

Psicóloga, Educadora, Acompañante Perinatal - Doula, Consejera en Lactancia Materna y Crianza
SALUD PRIMAL  Y BIENESTAR HUMANO S.AS. - Casa Primal
Contacto: 3165430801 Bucaramanga, Colombia.
 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

si, pega fuerte he llorado, es un verdad muy triste.

Argénida Romero dijo...

Es fuerte reconocer esos vacíos y buscar curarlos de manera sana.

Pero es posible.

Sin ese reconocimiento volveremos a repetir lo mismo que muchos de nuestros padres fijaron en nosotros.

Gracias por la reflexión.

Anónimo dijo...

Estupenda reflexión, Liliana. Gracias.
Ana M.