Escucho con bastante frecuencia comentarios de preocupación dada la emisión de la serie "Escobar, el patrón del mal" desarrollada en la televisión colombiana por este tiempo... u otras que de seguro seguirán apareciendo para conseguir el anhelado rating en televisión y ganar la competencia entre los canales nacionales.
No justifico la presencia en nuestros medios de historias plagadas de violencia, algunos mencionan esto como una "apología al delito"; pero tanta alusión a este tema y su relación con la posible aparición e incremento de conductas disociales o antisociales ( vida del infante y adolescente) me lleva a ésta cavilación:
No justifico la presencia en nuestros medios de historias plagadas de violencia, algunos mencionan esto como una "apología al delito"; pero tanta alusión a este tema y su relación con la posible aparición e incremento de conductas disociales o antisociales ( vida del infante y adolescente) me lleva a ésta cavilación:
¿Prohibir o acompañar? ¿Censurar o autocuestionarme?
Considero inadecuado que niños, niñas, preadolescentes y adolescentes observen el seriado sin el acompañamiento apropiado que permita despejar dudas que surgieran al ver la historia, veracidad o ficción en los hechos presentados, dolores y perdidas históricas de la sociedad colombiana, responsabilidad de actores en la sociedad; esto incluye los medios de comunicación, la política y la sociedad civil, etc.
Sin embargo, aunque cada tribu familiar decide según sus propios criterios, es innegable que la violencia ha sido parte de la realidad de calles, ciudades y territorios; especialmente en los espacios íntimos, en el hogar.
Considero inadecuado que niños, niñas, preadolescentes y adolescentes observen el seriado sin el acompañamiento apropiado que permita despejar dudas que surgieran al ver la historia, veracidad o ficción en los hechos presentados, dolores y perdidas históricas de la sociedad colombiana, responsabilidad de actores en la sociedad; esto incluye los medios de comunicación, la política y la sociedad civil, etc.
Sin embargo, aunque cada tribu familiar decide según sus propios criterios, es innegable que la violencia ha sido parte de la realidad de calles, ciudades y territorios; especialmente en los espacios íntimos, en el hogar.
La invitación entonces, se dirige al autoconocimiento, autocuestionamiento y de la historia. La sociedad adultocéntrica tiene la incapacidad de asumir sus conductas y es proclive a señalar, culpabilizar y delegar afuera lo que es su competencia.
Expuso Alice Miller en el Saber Proscrito: "... el niño no aprende a ser cruel contemplando la crueldad (por ejemplo en el televisor), sino solamente si la padece en su propia carne y se ve forzado a reprimir sus sufrimientos"
"... es de los adultos de quien el niño falto de amor aprende a odiar, a atormentar y a camuflar tales sentimientos con mentiras e hipocresías"
Insistimos en poner normas, limites, castigos; en reprimir, educar, alienar... sin dedicarnos en mayor manera a respetar, amar, aceptar, acompañar, jugar.....
Y cuando la sociedad toda enferma dada su salud primal, se enfrenta a los actos de crueldad que son noticia en los medios nacionales y otros masivos de comunicación; crueldades hacia mujeres, niños, niñas, etc. por parte de psicópatas u otros enfermos del desamparo emocional.... Seguimos culpabilizando, castigando, reprimiendo.... sin mirar donde se origina, cultiva y perpetua el malestar humano....
Y no falta quien ligeramente diga: "le faltó fue más correa", o eso "es culpa de las telenovelas nacionales".
Sin duda y para terminar esta cavilación, es poco lo que aportan los medios de comunicación; pero no debemos delegar a ellos, la responsabilidad de todos nuestros males....
Liliana Castro Morato
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Contacto: 3007253852
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