viernes, 6 de abril de 2012

LA PAREJA Y LA CRIANZA





Son pocos o muchos ¿?.. los que inician el camino del amor  compartiendo a profundidad perspectivas de vida.

Se  dan los primeros  pasos juntos llevados por el sentimiento,  la aparente complementariedad que se tiene durante la conquista y que acompaña los primeros años de convivencia.

¿ Escribí años? Quizas solo basta un par de meses para el inicio de debates y polémicas sobre: "es que a mi me gusta asi", "me criaron de esta manera", "yo me como esto de este modo", "¿y tu porque haces eso de esa forma?, etc.; y aquí solo estoy pensando en el orden u organización de la casa, los hábitos y otras formas de la convivencia.

No es tan fácil la ensambladura afectiva, cada uno ha sido "marcado" por la vida y hay un ineludible compromiso con el pasado, con los sueños y una forma de darle sentido a cada evento vivido.


Sin hablar profundamente, cada miembro de la pareja se hace una idea de la vida, de las heridas, de los sueños y  de las esperanzas del otro.

Pero hace bien pero  muy bien,  no imaginarlo, pensarlo y construirlo en la individualidad, sino compartirlo, hablarlo, sentirlo, vivirlo, construirlo  juntos. En ocasiones, es valido invitar a un tercero con las competencias para guiar la luz que estará presente en el camino venidero que han decidido juntos transitar.


Y es tan importante hacerlo, antes de invitar a otro ser humano a compartir ese camino. Dado que esa unión afectiva e histórica será el ambiente que rodeará al niño o la niña que va a nacer en ella, que forjará su desarrollo durante su infancia y adolescencia.


Hablar de cómo fuimos criados, cómo nos sentimos en ese estilo de crianza en el que nos hicimos hombres y mujeres, qué recordamos con agrado y profundo amor de la figura paterna como de la materna, qué resentimos de ellos;  y en ese punto, hacer catarsis de tantos sentimientos como vivencias que sin duda marcaran el camino de la  forma  en qué orientaremos la crianza de nuestros hijos e hijas sino somos conscientes de tales emociones y las asumimos con coraje.   

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Al hacer remembransa de la propia infancia....


Es posible que encontremos elementos positivos de los cuales apropiarnos,  pero sobre todo es fundamental descubrir los sentimientos ocultos que marcaron nuestra vida descalabrada por ansiedades de abandono, desamor, violencia, abuso, ironía y  todas las formas de  maltrato sútil  durante nuestra historia personal.

Hay otros elementos que no podemos dejar de lado: la cultura, la historia regional y nacional, la edad de cada miembro de la pareja, etc.

Les comparto que en nuestra experiencia como  pareja por ejemplo, ha sido un proceso  desaprender estilos de crianza que presuntamente fueron apropiados "en otro tiempo" (1), aquellos con  los que fuimos criados (y formados como profesionales!);   para apropiarnos consciente y placenteramente de una crianza respetuosa  alejada de puntos, estrellitas y caritas sonrientes como "estímulo motivante" para lograr el buen comportamiento de los hijo/as como  lo escribe la Psicóloga Clínica Violeta Alcocer en su página Atraviesa El Espejo o el Conductismo Fashion que bien ilustra Berna Iskandar en Conoce Mi Mundo. 

Siendo Psicóloga,  la crianza de mis hijos (primera, intermedia y última maternidad)  se ha abonado positivamente con el descubrimiento   de esos sentimientos relacionados con las vivencias  significativas de la vida,  la puesta en escena de los mismos,  el compartir consciente  de   visiones, acciones, actitudes propias y como pareja, guia idónea y luz interior.


Mi pareja  también vive su propio  proceso sobre lo que ve,  vive , siente y piensa de la manera en cómo fue criado, crío a sus hijos mayores y cómo acompaña la crianza de sus hijos menores. Todos esos aspectos se continúan enriqueciendo cada día, facilitando desaprendizajes y libres  maneras  de acompañamiento familiar.

Es liberador  darnos cuenta de las propias actitudes y acciones enmarcadas en  un estilo de crianza que fue guiado por  la historia que nos precede y nos rodea,  poder tomar decisiones frente a ella redirigiendo  con consciencia nuestras conductas como progenitores  hacia el respeto por la condición de personas de nuestros niños y niñas, y sus derechos.

Siendo nuestros propios hijos e hijas el ejercicio es mucho más importante, cuando con ellos construimos una nueva forma de hacer humanidad.

Entre los miembros de la pareja, sin competencia ni imposiciones se vive tal crecimiento cuando hay la disposición. No es utópico aunque  tampoco es fácil, pero "se hace camino al andar" como canta Serrat. 


Todos estos elementos son importantes  a la hora de asumir la paternidad y la maternidad pues iluminan sin duda cómo criamos a nuestros hijos e hijas desde el útero guiando las posturas y decisiones en eventos como por ejemplo:  

-  Durante el embarazo y el Parto
-   ¿Lactancia materna o tetero?
- "Los hijos/as son de la mamá" (frase cultural) o estan al cuidado de ambos? 
- Colecho o cunita separada?
- Porteo o cochecito? (Más que la forma de transportarlos ¿cuáles sentimientos transmitimos en ello? 
- Apego o desapego? ¿existe la sobredosis de amor?
-  Corrección, Castigo o Acompañamiento?
- ¿Quien pone los límites? 
- Autoridad Vs Afecto ¿cuánto es preciso?
- Comunicación verbal y no verbal... etc...

Seguimos cavilando y accionando en ello.

Para finalizar  les comparto  tres enlaces que me parecen  importantes para iluminar este camino asumido.



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NOTA AL PIE (1)  Dudo mucho que haya existido "otro tiempo" para las presuntas bondades de un estilo de crianza autoritario y unilateral. Basta solo un poco de historia para ver los malestares que han causado en la salud mental de muchas generaciones. Leer La evolución de la infancia por Lloyd de Mause.

Liliana Castro Morato
Psicóloga en Servicios Profesionales para la Salud Primal  y el Bienestar Humano
Contacto: 301 656 9997

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