domingo, 6 de febrero de 2011

COLOMBIA, ARRIESGATE A CREERLO!

1 comentario:

Juan dijo...

He visto el video de Kenji Orito varias veces. Hay que ver el como vivir en la trinchera hace que las personas se vuelvan tan sensatas, inclusive siendo tan jóvenes.

Es verdad lo que dice, Latinoamérica es una región rica donde la gente se cree pobre. Solo hay que ver la abundancia natural del continente y la escasez crónica de Europa y Japón. En realidad la mayoría del mundo es rico, pero se cree pobre. Europeos y Japoneses son pobres y se creen ricos. Los únicos ricos que se creen ricos son los Estadounidenses.

Latinoamérica sufre de un inmenso complejo de inferioridad producto de varios factores.

El primero de ellos es que no tienen una imagen cultural propia. La imagen cultural que tienen los latinoamericanos de si mismos es importada de Europa. Es la creación de Russeau y su secuaces románticos que se inventaron el mito del buen salvaje que vive en el edén. Es la versión romántica del siglo XVIII sobre el mito religioso europeo del siglo XV donde creían haber descubierto el paraíso terrenal. Es interesante como una sociedad pueda tener una autoimagen creada por otros, signo inequívoco de conquista. La verdadera conquista es la mental.

Ese mito fue útil en Europa: hizo creer a la sociedad que el hombre natural es bueno en su origen y que la sociedad monárquica europea es quien lo hecha a perder. No iban desencaminados, pero por las razones equivocadas. Todo esto desemboca en los movimientos liberadores de la Europa del siglo XVIII y en la creación de los Estados Unidos. Pero dejó a los latinoamericanos creyendo mentiras con respecto a si mismos, les dejó creyendo que son un pueblo "bueno" y no un pueblo "fuerte". Los convirtió en un pueblo manso y no en un pueblo orgulloso que defiende lo suyo.

Un aspecto que no toca Kenji Orito es el por qué los latinoamericanos viviendo en un espacio rico, se sienten tan pobres. La respuesta es bien sabida: porque los criminales que les dirigen se quedan con el noventa por ciento de la riqueza que existe. Una riqueza que para colmo está ahí, solo hay que tomarla. Los latinoamericanos se sienten pobres en un territorio rico, porque efectivamente esa es su realidad.

En Europa nos gobiernan mafias parecidas, solo que a base de follones, guerras y muchos muertos han aprendido a quedarse solo con la mitad, por lo que las personas pueden vivir mas o menos decentemente.

Para colmo las élites latinoamericanas no se sienten latinoamericanos. Las grandes familias oligárquicas se sienten más de New York, Miami o Londres que de Bogotá, Caracas o Lima. No se identifican con su base racial por lo que les importa un pito lo que le pase al común de las personas. Otro signo más de conquista.

En la segunda mitad del siglo XIX gobernó en Venezuela Antonio Guzmán Blanco. Accedió a su cargo mediante el procedimiento habitual en aquellos tiempos: la guerra civil. Luego decidió que vivir en ese país de "negros y gente inculta" (según sus propias palabras) era un incordio, ya que no había paseos arbolados a orillas del río, ni hermosas mujeres en trajes de seda, ni cafés decentes, ni buenos vinos y perfumes, no había teatro de la ópera, o clubs exclusivos donde su pudiese discutir de lo último en política y codearse con gente culta. Por lo que decidió mudarse a París, y desde ahí gobernó a Venezuela durante diecisiete años hasta su muerte en 1899. Por lo menos fue sincero: su tierra ni le importaba ni quería saber nada. El lo que quería era ser Francés y vivir en París.

Busca las obras de Carlos Rangel "Del buen salvaje al buen revolucionario" y "El tercemundismo" que dan una buena base en este tema, así como las novelas históricas de Francisco Herrera Luque "Los cuatro reyes de la baraja" y "Los amos del valle", que son una excelente ventana a como se montó todo esto.

Un abrazo

Juan