En tan solo 9 minutos expresar lo que como Psicóloga y Madre pienso de éste trastorno tan controvertido me parece una osadía.
Sin embargo, la oportunidad de aportar a otros padres y madres que en Colombia desconocen sobre el tema y/o que por docentes, profesionales y allegados escuchan "su hijo es hiperactivo", "es muy inteligente pero no rinde porque no presta atención", "medíquelo y verá que cambia y se porta bien", "esta enfermo" o "tiene tdah" ; no podía ser desperdiciada.
Entre el nerviosismo de hablar en vivo vía teléfonica desde el seno de mi hogar, rodeada de mis tres valiosos hijos que jugueteaban entre sí inicié la entrevista deseando compartir lo más claro posible que:
1. Antes de hablar de síntomas de un trastorno, los progenitores debemos ocuparnos de suplir todas las necesidades fisiológicas y emocionales de nuestros infantes. No debemos aligerarnos a hablar de TDAH sin antes como progenitores hacer una revisión de nuestros vinculos, pautas de crianza, tolerancia, aceptación y respeto de las caracteristicas individuales propias de los niños y niñas. Puesto que, la impulsividad y el deficit de atención no solo se correlaciona con el llamado TDAH.
2. El déficit de atención, la impulsividad son parte del desarrollo madurativo de los niños y niñas. Su inexperiencia les hace cometer errores y los adultos estamos llamados a comprender, aceptar, tolerar y guiar sus aprendizajes sin etiquetarles con este tipo de trastornos.
3. Antes de los 6 años no conviene hablar de trastornos y siempre que sean menores de edad; los padres y madres estamos llamados a revisar, cuestionar y responsabilizarnos por nuestra vinculación afectiva, pautas de crianza y discurso utilizado con los menores. Pues de allí desembocan algunas conductas relacionadas con los síntomas que menciona un TDAH.
4. Un diagnóstico idóneo, claro y profundo en la historia genética, física, socioemocional, familiar que incluya observaciones objetivas del menor en NO MENOS DE 4 AMBIENTES sería fundamental para determinar la existencia de un TDAH.
Un menor que se comporte adecuadamente en el colegio y no en casa o viceversa, un menor que con particulares se relacione adecuadamente pero con sus figuras vinculativas más importantes sea diferente o viceversa; debe ser profunda y detalladamente explorado en su vivencia emocional. Recordemos por ejemplo, que el maltrato en todas sus formas puede originar conductas que se confunden con síntomas de TDAH.
5. Si el TDAH supone una base neurofisiológica y /o genética, como dicen los estudios e investigaciones, Colombia y su Sistema de Salud debería integrar en el proceso diagnóstico herramientas tecnológicas y científicas que avalen el TDAH en los pacientes, mas allá de cuestionarios que llenen docentes y percepciones de madres o padres.
Pruebas como potenciales evocados cognitivos, cartografía cerebral, polisonmnograma, magnetoencefalografía y pruebas genéticas deberían ser parte de la exploración diagnóstica.
6. Cuando las conductas de hiperactividad, impulsividad y deficit de atención son de origen neurofisiológico y /o genético, podría decirse que los síntomas se exacerban con los aspectos socioemocionales /vinculares/ afectivos.
El tratamiento incluye la colaboración, disposición de los padres y madres. La medicación NO CURA. Esta medicación formulada por los profesionales responsables como el Psiquiatra o Neurólogo mejora el nivel atencional pero no garantiza el bienestar integral del menor.
El trabajo conjunto de la Familia es fundamental, aportar a la autoestima, ambientes organizados, horarios e instrucciones claras, son algunos aspectos a mejorar.
7. Para el próximo año 2011 trabajamos por una Movida que esclarezca todo sobre el tema de TDAH.
Algunos aspectos importantes como la participación de las instituciones educativas y otros quedaron por fuera. Siempre habrá una segunda oportunidad, por eso sus opiniones, comentarios o criticas son bienvenidos.
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4 comentarios:
Aplausos, aplausos.
Muy buen resumen!
Gracias!
Me uno a Ileana: excelente resumen, Liliana. Y felicidades por la entrevista (me ha hecho ilusión oírte; por cierto, ¡tienes una voz preciosa!). Al respecto, se me ocurren lo siguiente.
Yo creo que el problema del TDAH es el problema del miedo. Si, en efecto, millones de personas no se atreven a afrontar sus propios problemas íntimos y familiares para ser más felices ELLAS mismas, sino que prefieren las pastillas y algunos parches conductistas, ¿cómo se iban a atrever a abordar el TDAH de sus hijos? Porque el TDAH expresa dramáticamente los errores psicoeducativos, conscientes e inconscientes, de los padres. Y por eso el niño es inmolado a los miedos y sentimientos de culpa de los demás. Es lo de siempre: cuando algo nos sale mal, queremos borrar las pistas y "matar al mensajero".
En mi opinión, mientras la Neurología no demuestre clara e irrefutablemente la supuesta base orgánica del TDAH, éste no existe como tal. (Y no me refiero a estudios pagados por los gobiernos o los laboratorios comerciales, sino a estudios independientes perfectamente contrastados).
Por otro lado, si vamos a usar cuestionarios para "diagnosticar" las conductas de los chavales, ¿por qué no ampliar tales cuestionarios con indagaciones sobre las conductas -y sentimientos- de los padres? La luz que ello nos arrojaría sería inmensa. Por ejemplo, yo sugeriría preguntas tales como:
- ¿Cómo reacciona usted ante los síntomas hiperactivos de su hijo? ¿Se enfada, lo riñe, lo castiga, lo margina...?
- Los síntomas de su hijo, ¿le atraen a éste más amor o más rechazo por parte de usted?
- ¿Dedica tiempo abundante a su hijo, o lo subordina habitualmente a otras actividades?
- ¿Lo compara peyorativamente con otros niños? ¿Muestra preferencias -sutiles o explícitas- por otros hijos?
- ¿Cuál es su sentimiento más secreto hacia su hijo TDAH? ¿Miedo, cansancio, impaciencia, desprecio, hostilidad...?
- ¿Cómo fue su embarazo, lactancia y primeros años de vida con él? ¿Cómo se sintió él con usted?
- ¿Qué cree que su hijo TDAH necesita y espera de usted? ¿Cree que lo satisface adecuadamente?
- ¿Conoce las emociones de su hijo? ¿Le concede el derecho de sentir, p.ej., miedo, ira, dolor, celos, desesperación, impotencia, soledad, envidia, odio, etc.? ¿Qué siente usted ante tales emociones?
- ¿Qué cosas espera o exige usted de su hijo? ¿Por qué?
- ¿Cómo fue su propia infancia? ¿Fue usted suficientemente respetado y apoyado? ¿Considera que actualmente se trata "demasiado bien" a los niños?
- ¿En qué cosa se parece su hijo TDAH a usted?
- ¿Como es su relación de pareja, y el ambiente familiar general? ¿Tranquilo, estresado, disperso, aburrido, tenso, frío, violento...?
- Las normas familiares, ¿son claras y apropiadas, y las respeta todo el mundo sin excepciones? ¿Hay "buen ejemplo" por parte de todos?
Etc., etc.
En resumen, nunca, jamás deberíamos etiquetar a un niño -ni tampoco a un adulto: a NADIE- sin conocer las condiciones emocionales en que está obligado a vivir.
Un saludo, Liliana, y muchísimo éxito con vuestra campaña de 2011.
JLC
Gracias Jose por tu clara confrontación, de la que estoy muy de acuerdo.
La exploración de la vinculación de los padres con el menor es fundamental. Lo escribí asi en una entrada TDAH, CUESTIONARIOS PARA PROFESORES Y PADRES http://elblogdelilianacastromorato.blogspot.com/2010/05/tda-h-cuestionarios-para-profesores-y.html
Y la confrontación sobre ¿Déficit de atención de los niños o Déficit de atención de los padres? http://elblogdelilianacastromorato.blogspot.com/2010/03/deficit-de-atencion-de-los-ninos-o-de.html
Sin embargo, la neurologia y la genética que aportan tanto al descubrimiento de las enfermedades de la humanidad, vuelcan información sobre sus hallazgos sobre el TDAH.
Entonces considero necesario insistir en un diagnóstico idoneo, claro y profundo que no delegue pruebas geneticas y neurofisiologicas al respecto.
Pero lo que expones no tiene vuelta de hoja.
Tu discurso fue claro, contundente, amable, reflexivo, racional, profundo y convincente. Felicitaciones.
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