Los ratones, tímidos personajes que preferían callar y huir sin expresar sus sentimientos y posiciones frente a sucesos, conductas, actitudes de otros que les molestaban. Y los dragones, impulsivos y agresivos personajes que sin mediación alguna decían lo que pensaban no importando momentos, espacios ni sentimientos de los demás.
Pero, ¿cómo ser uno mismo?, la tercera opción dada en dicho mensaje; sin herir al otro por lo que uno piensa o siente, y / o ser manipulado, enajenado, chantajeado. A veces pareciera que encontrar las palabras adecuadas es más difícil de lo que parece para expresar los sentimientos y los pensamientos en especial, cuando están en contra vía de los demás.
Pero el lío, no son las palabras! Para mi, el lío es la relación de éstos lenguajes comunicativos (ratón o dragón) con la valía personal.
Tanto ratones y dragones están inmersos en un grave deterioro o fractura, por llamarlo así; de su autoestima. ¿a qué huimos? ¿de qué nos defendemos? ...Mas que mirar fuera de si, es necesario mirar dentro de nosotros mismos.. allí, esta la respuesta, el camino hacia la tercera opción y el mejoramiento de tus relaciones interpersonales o afectivas.
¿Tu has sido ratón? ¿dragón? ¿ambos?....
1 comentario:
Ni ratones ni dragones, debemos aspirar a ser lo que debemos ser, sin dañar a terceros, con la valentia del dragón y la sutileza del ratón que esquiva habíl lo que se le presenta.
Saludos!
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