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miércoles, 17 de febrero de 2010

GENEALOGIA Y LIBERTAD

El que niega su ascendencia, esta proclive al fracaso y al dolor emocional.
Como muchas de las enfermedades son trasmitidas de generación en generación, elementos de nuestra personalidad también son arraigados por una trayectoria genética que no debemos negar.
Aunque la cultura , el contexto, los vínculos y las relaciones de un individuo son cruciales en el desarrollo psicológico y la madurez emocional, no podemos negar nuestra procedencia, porque ésto dificulta el autoconocimiento y por ello, estaríamos proclives al fracaso.
Detenernos un momento a revisar nuestro árbol genealógico, conocer nuestra ascendencia ayudaría a comprender no sólo las enfermedades biológicas heredadas como por ejemplo las cardiopatías, la hipertensión y la diabetes; sino algunos de nuestros rasgos temperamentales.
Ahora detenerse no implica fijarse, ni justificar nuestras conductas. Solo reconocerlas para iniciar un proceso volítivo donde la responsabilidad ilumine nuevos caminos. Donde desde un acto conciente tomemos las riendas de nuestras tendencias heredadas y asumamos un rol más activo sobre nuestro devenir.
Todos conocemos historias de hijos adoptivos que luego de muchos años buscan a sus progenitores biológicos, yo considero que tal curiosidad más que el famoso "llamado de la sangre" es la necesidad de autoconocimiento que es básico para a v a n z a r.
Negar la existencia de nuestros padres y madres, es retener una cuota de amor para nosotros mismos. Si bien, nadie nos puede obligar a amar a nuestros progenitores biológicos sólo por el hecho de la concepción, no podemos castigarnos ni culparnos por no haber sido bien amados por ellos.

He conocido infantes y jóvenes frustrados, deprimidos, antisociales que llevan una pesada carga que les hace infelices, por sentir odio, rechazo y amargura ante las figuras materna y / o paterna. Al no identificar ni entender la ansiedad originada por la pérdida del amor de uno de sus progenitores que luego de la separación con su cónyuge abandonó el hogar, o en su defecto nunca asumió ese rol paterno o materno; inconscientemente el joven o el infante se siente culpable o desvalido ante su lejanía comportándose agresiva y desafiante ante su padre / madre, y otros vinculos significativos, provocándose a sí mismo un dolor emocional.

Entre otras historias y ejemplos de vida, el anterior data la necesidad imperiosa de reconocer nuestra ascendencia, elaborar los afectos y los vínculos que ellas nos derivan, para vivir satisfactoriamente el presente y sanar nuestra descendencia de nuestros conflictos no resueltos.
A mis abuelos mi totem

A mi abuela la vida

A mi madre su amor

A mi padre su tenacidad

A mis hijos. la vida, el amor, la tenacidad y la esperanza.

"Deberiamos usar el pasado como trampolín y no como sofá" H. MacMillan.

"Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo". Jorge Santayana.
"Si no quieres repetir el pasado, estúdialo". Baruch Benedict Spinoza.
"El pasado es un prólogo" William Shakespeare.

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