Exponía Alice Miller en 1 de 12 puntos sobre la raíz de la violencia: "Cuando nos hacemos padres ( y madres), utilizamos a menudo a nuestros propios hijos (e hijas) como víctimas propiciatorias: persecución, por otra parte, totalmente legitimada por la sociedad, gozando incluso de un cierto prestigio desde el momento en que se engalana con el título de educación. El drama es que el padre o la madre maltratan a su hijo para no sentir lo que le hicieron a ellos sus propios padres (y madres). Así se asienta la raíz de la futura violencia."
Es necesario perseverar con amor y coraje en el reconocimiento de las heridas patriarcales que llevamos a cuestas, las que en la intimidad transmitimos a las generaciones. Hoy más que siempre creo que es la silenciosa pero más contundente forma de hacer política para transformar la sociedad.
Y no es fácil, estamos presos y lo que se nos muestra como libertad es solo una jaula más de nuestra oscura inconsciencia individual y colectiva.
Desde el nacimiento y en la crianza a la educación y a la política nos gobiernan estos paradigmas represores y alienantes que cercenan la dignidad humana adornados de religiosidad y una bondad que no es tal; causando una herida primal devastadora, dejándonos ciegos y ciegas creyendo en la frase: POR TU PROPIO BIEN debo corregirte, castigarte, maltratarte, humillarte, denigrarte y anularte.
Y como toda pedagogía negra usando mecanismos de represión y manipulación se consigue la consolidación de un colectivo que ya crecido acata a las autoridades incluso si son tiránicos y dictadores. Mensajes como MANO FIRME CORAZON GRANDE, COMO TE QUIERO TE APORREO, ES POR TU PROPIO BIEN, CORRIJE AL NIÑO CON VARA PARA QUE DE ADULTO NO SEA VERGUENZA PARA TI...etc. son ejemplo de la naturalización de la represión y la violencia sobre los que no tienen voz y todo ello engalanado con el título de religión, educación y política.
Es tan sencillo comprobar que la pedagogía negra nos gobierna. Basta observar la conformación del Senado en las elecciones del 9 de marzo del 2014.
Solo queda como escribí en el segundo párrafo: Perseverar con amor y coraje en el reconocimiento de las heridas patriarcales que llevamos a cuestas, las que en la intimidad transmitimos a nuestros hijos e hijas y a todas las generaciones. HOY MAS QUE SIEMPRE creo que es la silenciosa pero más contundente forma de hacer política para transformar la sociedad. PARENTALIDADES LIBRES que hagan surgir nuevos paradigmas de relación humana.
Les abrazo con esperanza por la Matria que anhelamos,
Liliana Castro Morato
Servicios Profesionales para la Salud Primal y el Bienestar Humano.
Psicóloga, Educadora, Doula y Consejera para la Lactancia Materna. Acompañamiento Profesional en cada momento vital.
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